Las iniciativas permitirán aumentar la producción en Mina Carola y Planta Cerrillos utilizando instalaciones existentes, gracias a capacidad ociosa y mejoras tecnológicas.
El Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) aprobó dos Declaraciones de Impacto Ambiental (DIA) presentadas por el Grupo Minero Carola-Coemin, correspondientes a optimizaciones operacionales en la Mina Carola, ubicada en la comuna de Tierra Amarilla, y la Planta Cerrillos, situada en el sector norte de Copiapó, ambas en la Región de Atacama. Las iniciativas, que contemplan una inversión conjunta de US$7 millones, buscan aumentar un 10% la capacidad de producción actual sin modificar infraestructura ni instalar nuevos equipos.
La primera optimización, con una inversión estimada de US$5 millones, considera incrementar la producción subterránea de la faena Mina Carola, pasando de 2.880.000 a 3.168.000 toneladas anuales, lo que equivale a un aumento mensual de 240.000 a 264.000 toneladas. Según lo expuesto, el aumento se realizará utilizando exclusivamente las instalaciones y equipos actuales, gracias a la capacidad ociosa generada por innovaciones tecnológicas.
La segunda aprobación corresponde a la Optimización Operacional de la Planta Cerrillos, operada por Coemin S.A., con una inversión de US$2 millones. El proyecto contempla aumentar en un 10% la tasa de procesamiento de mineral, alcanzando también las 3.168.000 toneladas anuales, misma cifra proyectada para la producción en Mina Carola. Esto permitirá producir una mayor cantidad de concentrado de cobre, que será enviado a Enami Paipote y otros destinos autorizados.
En ambos casos, no se contempla ninguna modificación estructural de las instalaciones, lo que facilitó su aprobación ambiental. En el caso de la planta, sí se prevé una reducción de la vida útil del Depósito de Relaves en Pasta Sector 5, aprobado en 2011, debido al aumento en la tasa de depositación.
Estas optimizaciones se enmarcan en una estrategia más amplia del Grupo Carola-Coemin para mejorar la eficiencia productiva sin ampliar la huella industrial, evaluando de forma paralela nuevas Declaraciones de Impacto Ambiental para sostener su ritmo de extracción y procesamiento, manteniéndose alineados con la normativa ambiental vigente.