Por Sebastián Fergadiotti López, Seremi de Gobierno de Atacama
La industria televisiva atraviesa un ciclo complejo, marcado por nuevas formas de comunicación y un contexto económico desafiante. En este escenario, la continuidad de los medios de carácter público, como Televisión Nacional de Chile (TVN), se vuelve aún más relevante. Pese a que TVN se financia principalmente por recursos propios vía publicidad —salvo su señal cultural NTV—, su rol como canal estatal lo posiciona como un actor fundamental para la democracia y la información en el país.
Durante 2023, el Ejecutivo presentó indicaciones al proyecto de ley original del expresidente Sebastián Piñera, con el objetivo de modernizar y asegurar el futuro de TVN. Estas modificaciones se articulan en torno a cuatro ejes fundamentales:
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Ampliación de la misión pública del canal,
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Reforma en la gobernanza, incluyendo la incorporación de nuevos representantes en el directorio,
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Actualización del régimen económico, y
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Diseño de un nuevo modelo de financiamiento para asegurar aquellas funciones esenciales de su misión.
Uno de los aspectos más relevantes propuestos por el Gobierno del Presidente Gabriel Boric, a través del Ministerio Secretaría General de Gobierno, ha sido reforzar la gobernanza de la señal estatal. Esto incluye incorporar representación de los trabajadores en el Directorio, medida que apunta a democratizar su administración y fortalecer su independencia.
Respecto al financiamiento, el proyecto diferencia entre las fuentes de ingreso según el tipo de contenido. La señal principal y Canal 24 Horas seguirán operando bajo un modelo comercial, sustentado por la venta de publicidad. En cambio, NTV, la señal dedicada a contenidos educativos y culturales para niñas, niños y adolescentes, continuará recibiendo financiamiento estatal, dada su misión formativa y no comercial.
Para las funciones propias del mandato público de TVN —como la señal internacional o los centros regionales—, el Gobierno propone una solución estructural: la creación de un fondo patrimonial o endowment, que sea administrado por una entidad autónoma. Este fondo busca garantizar estabilidad financiera a largo plazo, independiente de los ciclos económicos o políticos.
Frente a la creciente irrupción de plataformas digitales y a la inestabilidad del mercado televisivo, este tipo de mecanismo permitiría dotar a TVN de los recursos necesarios para cumplir su labor informativa, cultural y territorial, sin comprometer su autonomía editorial ni depender de decisiones coyunturales.
En ese sentido, fortalecer al canal de todos los chilenos no es solo una necesidad técnica, sino una responsabilidad democrática. Asegurar que TVN pueda seguir informando, educando y conectando a todo el país —incluidos los rincones más apartados de nuestra geografía— es un deber del Estado y de todos los sectores políticos.
Por ello, hacemos un llamado al Congreso Nacional a aprobar este proyecto de ley. Dotar a TVN de herramientas modernas para enfrentar los desafíos actuales es también una forma de proteger el derecho de las personas a estar informadas con pluralismo, calidad y equidad territorial.
Chile necesita una televisión pública fuerte, sostenible y cercana a su gente. Asegurar su futuro es asegurar el derecho a una información veraz y al acceso a la cultura y la identidad regional. En esto, no puede haber titubeos.