La compañía reportó 774 casos en distintas regiones del país y advierte que las bandas delictuales están más organizadas y violentas.
La Compañía General de Electricidad (CGE) advirtió sobre el preocupante aumento en el robo de cables eléctricos, delito que en 2024 alcanzó una cifra récord con más de 225 kilómetros de cables de cobre sustraídos en sus instalaciones a lo largo del país.
Este ilícito ha generado graves interrupciones en el suministro eléctrico, afectando a miles de familias, industrias, servicios públicos, colegios y hospitales. La empresa, que presta servicio a más de 3,2 millones de clientes entre las regiones de Arica y Parinacota y La Araucanía, ha denunciado que las bandas delictuales se han vuelto más organizadas y violentas, operando con camiones, camionetas y armas, lo que dificulta su control.
Según datos entregados por CGE, las regiones con mayor cantidad de cable robado fueron:
- Coquimbo: 43.028 metros
- Maule: 34.696 metros
- Tarapacá: 29.889 metros
- Antofagasta: 29.012 metros
- Atacama: 18.706 metros
- Metropolitana: 16.991 metros
- Araucanía: 16.406 metros
- Biobío: 14.404 metros
Para dimensionar la magnitud del problema, CGE comparó la cantidad de cable robado con la distancia entre Santiago y Los Vilos, o casi todo el trayecto entre Santiago y Talca.
El director de operaciones de CGE, Matías Hepp, alertó que el robo de cables ha crecido de manera exponencial en los últimos años y que el nivel de organización de las bandas representa un riesgo para la seguridad pública.
“Nosotros como compañía realizamos las denuncias respectivas, pero es necesario perseguir y desarticular a estas bandas, ya que su accionar afecta directamente a miles de familias en todo el país”, señaló Hepp.
Si bien la empresa no entregó un balance exacto de las pérdidas económicas, indicaron que solo en un caso registrado en Coya, comuna de Machalí (Región de O’Higgins), donde una banda robó cables y desmanteló un generador, los costos de reparación superaron los 500 millones de pesos.
El ejecutivo subrayó que este delito afecta gravemente a la economía y calidad de vida de las personas, ya que cada interrupción en el suministro eléctrico impacta en el funcionamiento de empresas, colegios, hospitales y servicios públicos.
CGE aseguró que, en cada caso detectado, realiza las denuncias ante Carabineros y el Ministerio Público y posteriormente interpone acciones legales para perseguir a los responsables.
Además, la compañía instó a las autoridades a reforzar las medidas de seguridad y endurecer las sanciones contra este tipo de delitos, los cuales han pasado de ser hurtos aislados a una operación criminal a gran escala.
El robo de cables no solo genera pérdidas económicas y cortes de luz, sino que también pone en riesgo la vida de las personas, ya que las maniobras de los delincuentes pueden provocar descargas eléctricas, incendios y accidentes graves.