Gracias a inversiones de INDAP y Prodesal, crianceros en sectores rurales de Freirina han incorporado la agricultura de autoconsumo, permitiéndoles enfrentar la escasez económica en temporadas difíciles para la ganadería caprina.
En las zonas rurales de El Romero y Fragüita, en Freirina, familias crianceras han encontrado en la agricultura sustentable una alternativa para complementar sus ingresos y mejorar su calidad de vida. A través del apoyo de INDAP y el programa Prodesal, estos pequeños productores han implementado huertas de autoconsumo con cultivos de hortalizas, frutas y legumbres, fortaleciendo su soberanía alimentaria y reduciendo la dependencia exclusiva de la crianza caprina.
Uno de estos casos es el de Joel Rivera y Tegualda Araya, matrimonio criancero de El Romero, quienes han transformado su predio con la ayuda de sus hijos y el respaldo de INDAP. «Mi hijo mayor nos apoyó con materiales para hacer la primera huerta. Con harto esfuerzo con mi señora hemos podido salir adelante, y estos proyectos de INDAP a través de Prodesal nos llenan de felicidad, porque a veces vienen mis hijos y nietos y pueden sacar una fruta, una verdura… ahí uno realmente ve que todo esto ha valido la pena», señala Joel.
En Fragüita, Islao Olivares llegó hace más de 30 años desde el Valle de El Tránsito, inicialmente atraído por la minería. Sin embargo, con el tiempo decidió resguardar la biodiversidad de su predio, protegiendo los árboles y cultivando hortalizas y frutas como maíz, tomates, sandías y melones. «La gente que pasa por el camino se alegra de ver siempre verde y bonito todo. A nosotros con mi compañera nos gusta la agricultura y, claro, es un alivio tener alimentos en la casa para no ir al pueblo a comprar. Yo crío animalitos, pero uno se da cuenta que a veces no alcanza con el ganado, sobre todo en estos lugares tan secos», comenta Islao.
Desde INDAP, la jefa de área en Vallenar, Marcela Meneses, destacó el enfoque de la institución en fortalecer la seguridad alimentaria en comunidades rurales. «Estamos focalizando inversiones agrícolas en familias que viven de la criancería en la comuna y que muchas veces no les alcanzan sus ingresos para subsistir. Creemos en una agricultura sostenible y resiliente, y seguimos trabajando en el territorio con nuestros programas e instrumentos para fortalecer la soberanía alimentaria».
Por su parte, Carmen Castillo, jefa técnica comunal de Prodesal, resaltó la importancia de estas iniciativas para las familias de la zona. «Nos emociona ver esta intervención, porque es para gente muy humilde que ocupa un lugar importante aquí, que se reconoce en el conjunto de tradiciones, saberes y costumbres de este territorio rezagado. Con pequeñas inversiones, ahora cuentan con herramientas valiosas para generar sus propios alimentos en épocas de escasez».