El plan de Subpesca busca fortalecer la gobernanza y mejorar la administración de las pesquerías de huiro negro, huiro palo y huiro flotador en ambas regiones, claves para la biodiversidad marina y la economía local.
Las pesquerías de algas pardas en las regiones de Atacama y Coquimbo están avanzando en medidas de adaptación al cambio climático, en el marco de un plan impulsado por la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura (Subpesca). Esta iniciativa, que involucra a los Comités de Manejo de algas pardas y huiro flotador en Bahía Chasco, busca fortalecer el conocimiento sobre los efectos del cambio climático en estas pesquerías y promover una administración sostenible del recurso.
La analista en administración de recursos bentónicos de Subpesca, Karin Silva, explicó que el plan se alinea con el Plan de Adaptación de Cambio Climático del sector Pesca y Acuicultura (PACCPA) y busca evaluar las medidas de administración vigentes para determinar su efectividad frente a los impactos del cambio climático.
Entre los objetivos a mediano plazo se encuentran la actualización de los planes de manejo, la difusión sectorial sobre causas y efectos del cambio climático, y la creación de estrategias para mejorar la resiliencia de la actividad pesquera en estas regiones. Silva destacó que el proceso se encuentra en la etapa inicial de levantamiento de problemáticas en las pesquerías de huiro negro, huiro palo y huiro flotador.
El encargado de la Unidad de Áreas Marinas Protegidas y Cambio Climático de Subpesca, Allan Gómez, subrayó la importancia de fortalecer la participación de pescadores y recolectores de orilla en la toma de decisiones. “Buscamos que los actores del sector tengan más herramientas para evaluar los efectos del cambio climático en sus actividades y comprender los costos de la inacción”, afirmó.
Las algas pardas cumplen un rol ecológico clave en el ecosistema marino costero, al proveer refugio y alimentación para diversas especies, estabilizar el fondo marino y contribuir a la protección costera ante eventos extremos como marejadas y tsunamis. A nivel económico, la actividad pesquera en torno a las algas es el sustento de numerosas familias en el norte del país.
Atacama es la región con mayor desembarque de algas pardas en Chile, con un promedio entre 2017 y 2024 de 68 mil toneladas de huiro negro, 15 mil toneladas de huiro palo y 5 mil toneladas de huiro flotador. Le sigue Coquimbo, con 20 mil toneladas de huiro negro, 11 mil de huiro palo y 5 mil de huiro flotador en el mismo período.
En esta actividad se encuentran autorizados a operar 1.856 pescadores y recolectores artesanales en Atacama y 2.274 en Coquimbo, bajo distintas categorías como recolectores de orilla, algueros y buzos apnea.
Desde Subpesca destacan que la gobernanza y el co-manejo han sido fundamentales para ordenar la pesquería de algas pardas. Actualmente, las medidas de administración incluyen cuota anual de captura, distribución espacial y temporal de la cuota, veda extractiva, límite diario de extracción y restricciones en las modalidades de extracción, como el varado, barreteado y segado.