Estancamiento en productividad, burocracia y un sistema tributario complejo han frenado el progreso económico del país, aumentando la distancia para cumplir los estándares de la OCDE.
Chile enfrenta un retroceso significativo en sus aspiraciones de convertirse en un país desarrollado, según expertos, quienes advierten que la meta, antes proyectada a 20 años, ahora se extiende a medio siglo debido a un cóctel de factores como baja productividad, trabas burocráticas y un sistema tributario complejo.
Emilio Venegas, socio de Consultoría en BDO Chile, destacó que el país «perdió una oportunidad de oro» hace una década, cuando las condiciones fiscales y políticas eran favorables para un salto hacia el desarrollo. Sin embargo, una combinación de desbalances económicos y decisiones políticas habría estancado ese avance.
Entre los puntos críticos señalados, la reforma tributaria de 2014, implementada durante el segundo mandato de Michelle Bachelet, aparece como un factor divisivo. Mientras algunos sectores la culpan por el deterioro económico, el Gobierno actual ha abogado por avanzar en un pacto fiscal fragmentado en proyectos que siguen en discusión en el Congreso.
Rodrigo Palma, economista de la Universidad de Barcelona y docente de la UTEM, subrayó que la falta de diversificación y complejización de los sectores productivos ha sido clave en el estancamiento del crecimiento. Por su parte, Alejandro Weber, decano de la Facultad de Economía y Gobierno de la Universidad San Sebastián, indicó que se necesita un cambio “más severo” en la política fiscal para revertir esta tendencia.
Chile se encuentra en la parte media de la región en términos de ingresos per cápita y protección social, pero los expertos coinciden en que la fragmentación política y la permisología excesiva dificultan el cumplimiento de los estándares de la OCDE, necesarios para alcanzar el desarrollo.
La discusión sobre cómo enfrentar estos desafíos sigue abierta, mientras las proyecciones de crecimiento, como la de la Cepal, estiman una expansión de apenas 2,3% para 2025, muy por debajo de lo necesario para recortar la creciente distancia hacia el desarrollo.