La ministra del Interior enfrenta una dura caída en su respaldo ciudadano, mientras crecen las críticas por su manejo de la crisis política y mediática derivada del «Caso Monsalve».
La ministra del Interior, Carolina Tohá, registró un significativo descenso en su aprobación ciudadana, cayendo al 32% según la última encuesta Plaza Pública de Cadem. Con un 66% de desaprobación, Tohá se posiciona como la peor evaluada del gabinete por segundo mes consecutivo.
La caída de la ministra coincide con la explosión mediática y política del «Caso Monsalve», que ha generado un impacto negativo en la percepción ciudadana de su gestión. Desde que se conoció el caso, Tohá acumula una baja de 14 puntos en su aprobación, reflejando la pérdida de confianza pública en su liderazgo frente a la crisis.
En contraste con Tohá, otros miembros del gabinete han mantenido o mejorado su imagen. El ministro de Deportes, Jaime Pizarro, lidera como el mejor evaluado con un 71% de aprobación, seguido por la ministra de las Culturas, Carolina Arredondo, con un 59%.
Asimismo, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, incrementó su respaldo en 2 puntos, alcanzando un 49%, mientras que el subsecretario del Interior, Luis Cordero, subió 7 puntos, logrando también un 49%.
El descenso en la aprobación de la ministra del Interior refleja el impacto de los recientes acontecimientos políticos en la opinión pública. Analistas señalan que la crisis vinculada al «Caso Monsalve» ha exacerbado las críticas hacia Tohá, cuestionando su manejo de las tensiones al interior del gobierno y su capacidad de respuesta frente a la opinión pública.
La baja evaluación de Tohá supone un desafío para el Ejecutivo, en un momento donde la estabilidad y la credibilidad del gobierno están en el foco de la ciudadanía. Se espera que las próximas semanas sean claves para la ministra y su equipo, quienes deberán trabajar en la contención política y comunicacional para revertir esta tendencia negativa.
Este escenario deja al gobierno en una posición complicada, donde la presión ciudadana y mediática podría exigir decisiones concretas respecto a los liderazgos al interior del gabinete.