EE.UU. pone su atención en el puerto de San Antonio ante estrategia china en Perú

La reciente inauguración del megapuerto de Chancay en Perú, impulsado por la empresa estatal china COSCO, ha encendido las alertas en Estados Unidos debido a la creciente influencia de China en América Latina. Este puerto, considerado un pilar de la estrategia comercial de la Nueva Ruta de la Seda, busca consolidar a Perú como un nodo logístico clave en el Pacífico Sur, potenciando el comercio entre Asia y la región.

Ante este panorama, Estados Unidos ha dirigido su atención hacia el puerto de San Antonio, el más grande y estratégico de Chile, que conecta a Sudamérica con mercados de Estados Unidos, Europa y Asia. Sin embargo, este puerto enfrenta desafíos significativos, como la modernización de su infraestructura y la expansión necesaria para competir con proyectos como el de Chancay.

El puerto de Chancay, situado a 80 kilómetros de Lima, cuenta con una inversión inicial de más de 3.600 millones de dólares y busca manejar hasta un millón de contenedores al año en su primera fase. Por su parte, el puerto de San Antonio, en la región de Valparaíso, se encuentra en un proceso de evaluación ambiental para su expansión, incluyendo el ambicioso proyecto del Puerto Exterior, que busca duplicar su capacidad operativa.

Expertos han advertido que la capacidad de los puertos chilenos para modernizarse y expandirse será crucial para mantener su relevancia en el comercio marítimo global. El desarrollo de San Antonio y Valparaíso no solo permitirá enfrentar la competencia de Chancay, sino también consolidar a Chile como un socio estratégico en la región.

La creciente influencia de China en la infraestructura portuaria de América Latina se ha convertido en un tema de interés estratégico para Estados Unidos. En este contexto, la cooperación con Chile y otros países de la región es fundamental para contrarrestar el impacto del poder blando chino, especialmente en sectores clave como el comercio marítimo.