El Servicio de Salud de Atacama ha destacado por la exitosa implementación de proyectos comunitarios en el marco del Programa de Fomento de la Participación Social en la Atención Primaria de Salud, una iniciativa que busca incrementar la participación de la comunidad en el cuidado de la salud mediante el financiamiento de proyectos locales. Este programa ha permitido fortalecer el trabajo de los equipos de salud en diversas áreas, como promoción, prevención y rehabilitación, involucrando activamente a las organizaciones sociales y a los vecinos de la región.
Bernardo Villablanca, director del Servicio de Salud Atacama, explicó que este programa tiene como objetivo «contribuir a los cuidados comunitarios de la salud de las personas y sus familias», promoviendo una visión comunitaria que nace desde las propias organizaciones sociales. En esta ocasión, se seleccionaron 20 proyectos en toda la región, entre los que destacan iniciativas como “Salud mental y adolescente: una conversación necesaria” en Vallenar, “Tu audición, nuestro cuidado” en Alto del Carmen, y “Cuidarse para Cuidar” en el Hospital de Huasco.
Una de las iniciativas más destacadas fue el conversatorio sobre salud mental adolescente en Vallenar, que reunió a más de 300 estudiantes y contó con la participación de expertas como la psiquiatra Ana Marina Briceño y la psicóloga Jennifer Valdés, quienes abordaron temas críticos como la depresión en los adolescentes. Este espacio no solo permitió la reflexión, sino que también abrió la puerta para que los jóvenes expresaran sus inquietudes sobre la salud mental.
Además, el Cesfam Hermanos Carrera de Vallenar organizó el seminario “Yo, Autista”, en colaboración con la Agrupación TEAcompañamos, una instancia que promovió el apoyo a las familias con integrantes del Espectro Autista (CEA). La presidenta de la agrupación, Verónica Salinas, subrayó la importancia de continuar estas conversaciones y fomentar la empatía hacia las personas con autismo.
Estos proyectos, según las autoridades y los participantes, refuerzan el compromiso de las comunidades locales y los equipos de salud con el bienestar de la población, demostrando que la participación social es clave para construir una atención de salud pública más inclusiva y efectiva.