A cinco años del estallido social de octubre de 2019, un estudio de la encuestadora Cadem revela que una mayoría significativa de los chilenos considera que el país ha empeorado. El 63% de los encuestados cree que Chile es hoy un peor país que antes del 18 de octubre, una percepción que contrasta con el 74% que en 2019 esperaba que el país mejoraría después de la crisis.
El 58% de los encuestados sigue viendo el estallido como una expresión legítima del descontento social acumulado, mientras que el 57% cree que fue necesario para visibilizar los problemas estructurales del país. No obstante, un 34% considera que lo ocurrido fue un problema de orden público protagonizado por grupos violentistas organizados.
Una gran parte de la población siente que el estallido marcó un declive en la calidad de vida. Un 68% de los encuestados está de acuerdo con esta afirmación, mientras que un 23% se mostró en desacuerdo. La percepción de que las demandas sociales no han sido resueltas es abrumadora, con un 80% opinando que problemas como el costo de la vida (89%), la delincuencia (88%) y la calidad de la política (77%) han empeorado.
El estudio destaca un fuerte rechazo a la violencia como método de protesta, con un 87% de los encuestados en desacuerdo con que la violencia en las calles haya sido legítima o justificable. Los cacerolazos (69%) y las marchas (55%) siguen siendo las formas de protesta más valoradas, mientras que solo un 5% apoya la violencia como una herramienta para lograr cambios políticos y sociales.
Este análisis refleja el desencanto generalizado en la población, que en lugar de encontrar mejoras, percibe un deterioro en diversas áreas clave para el bienestar social y económico del país.