La suspensión de vuelos entre Venezuela y Chile, tras las declaraciones del presidente Boric en la ONU, ha provocado preocupación entre la comunidad venezolana residente en Chile. La medida afecta a miles de migrantes que necesitan viajar por razones familiares y migratorias. Además, se complica el acceso a trámites de reunificación familiar y de ingreso regular al país. La directora del Servicio Jesuita Migrante, Gabriela Hilliger, destacó que esta situación agrava la vulnerabilidad de los migrantes, pidiendo medidas urgentes para mitigar el impacto.
La suspensión también genera incertidumbre para quienes planeaban traer a sus familiares desde Venezuela o visitar su país, agravando las dificultades ya existentes debido a la falta de vuelos directos y la ausencia de una embajada chilena en Venezuela. Ante esta situación, las organizaciones que apoyan a los migrantes, han solicitado al gobierno implementar estrategias de emergencia para asegurar que los venezolanos no queden sin opciones viables de movilidad.