En lo que va de 2024, Chile ha alcanzado casi 700 homicidios, lo que refleja un aumento del 35% en comparación con años anteriores, según informes policiales. Este incremento se debe en gran medida al crimen organizado y al uso de armas de fuego, factores que han potenciado los niveles de violencia en el país. Las autoridades han señalado que estos crímenes están cada vez más vinculados a organizaciones delictivas, lo que genera preocupación sobre la seguridad pública y la capacidad de las fuerzas policiales para combatir estos delitos.
El incremento de homicidios ha generado un fuerte llamado a implementar nuevas políticas de seguridad y fortalecer las estrategias para desmantelar las organizaciones criminales responsables de gran parte de la violencia. La preocupación también recae sobre el aumento en la circulación de armas ilegales, lo que ha contribuido a agravar la situación de seguridad en distintas regiones del país.
Este contexto ha llevado a las autoridades a redoblar sus esfuerzos para contener la ola de violencia, con un énfasis en mayor coordinación entre fuerzas policiales y judiciales, así como en políticas de prevención que involucren a las comunidades afectadas.