En el reciente ciclo de conferencias de la Corporación para el Desarrollo de la Región de Atacama (CORPROA) titulado «Comprendiendo los peligros naturales en la región de Atacama», el reconocido geógrafo Marcelo Lagos se refirió la importancia de los radares meteorológicos para la gestión de riesgos en zonas vulnerables como Atacama. En consonancia con estas declaraciones, la Junta de Vigilancia de la Cuenca del Río Huasco y sus Afluentes (JVRH) ha venido impulsando iniciativas para la implementación de estos sistemas avanzados de monitoreo, destacando su relevancia para mejorar la seguridad de la población ante eventos climáticos extremos.
Durante la conferencia, Lagos resaltó que la instalación de radares meteorológicos podría transformar significativamente la capacidad de respuesta ante emergencias naturales en la región. «La disponibilidad de información meteorológica precisa y en tiempo real es crucial para anticipar eventos como lluvias intensas o aluviones, que históricamente han afectado a Atacama», señaló Lagos, enfatizando la necesidad de adoptar nuevas tecnologías que mejoren la resiliencia de las comunidades locales.
“Chile es una sociedad que en las últimas décadas ha sido sorprendida por numerosos eventos, particularmente hidrometeorológicos. Hay una serie de procesos que se podrían anticipar con esa tecnología y evidentemente que sería necesario contar con radares que nos permitan anticipar la posibilidad de tormentas, la posibilidad de fenómenos que sean peligrosos tanto para la agricultura como para los asentamientos humanos de todo nuestro territorio”, agregó Lagos.
Seminario sobre la importancia de los radares meteorológicos:
En línea con esta visión, la JVRH organizó un exitoso seminario en Vallenar, con el objetivo de discutir la implementación de radares meteorológicos en la región. El evento, que coincidió con la conmemoración del Día Mundial del Agua en marzo de 2024, reunió a expertos de diferentes ámbitos, incluyendo autoridades gubernamentales, representantes del sector privado y miembros del mundo académico.
Entre los destacados expositores estuvieron Rosa Zamora, meteoróloga de la Universidad de Valparaíso; Raúl Valenzuela, Doctor en Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Colorado Boulder; y Víctor González, experto en Recursos Hídricos. Todos coincidieron en la necesidad urgente de integrar estos sistemas de monitoreo meteorológico para mejorar las alertas tempranas y la gestión del recurso hídrico en la región.
Beneficios de implementar radares meteorológicos en Atacama:
Los expertos destacaron que la implementación de radares meteorológicos en Atacama podría proporcionar información detallada y continua sobre las condiciones climáticas, permitiendo una mejor toma de decisiones en el manejo de emergencias relacionadas con lluvias extremas. Además, a medida que se acumula información a lo largo del tiempo, estos datos podrían utilizarse para evaluar de manera más precisa el recurso hídrico de la región, ayudando a desarrollar políticas de gestión de agua más efectivas.
Raúl Valenzuela, uno de los ponentes del seminario, explicó que “un estudio detallado es necesario para determinar la ubicación ideal del radar, considerando factores como la topografía, acceso a servicios básicos y los objetivos específicos del monitoreo, ya sea para mejorar las alertas por lluvias convectivas o para evaluar el recurso hídrico”.
Víctor González, gerente general de la JVRH, recalcó que el seminario cumplió con su objetivo de instalar y poner en discusión la necesidad de implementar nuevas tecnologías en la región. «Avanzar en conjunto con la ciencia y el mundo académico es clave para modernizar nuestro sistema de gestión de agua y garantizar la seguridad de nuestra comunidad», afirmó González.
La incorporación de radares meteorológicos en la región de Atacama no solo es un desafío posible, sino una necesidad urgente para mejorar la capacidad de respuesta ante desastres naturales. La JVRH, junto a expertos y autoridades locales, continúa liderando los esfuerzos para impulsar estas innovaciones tecnológicas, contribuyendo así a un futuro más seguro y resiliente para todos los habitantes de la región