La Generación Alfa es el futuro del mundo laboral: quiénes son y qué oportunidades (o desafíos) traen

Las empresas y compañías son de los mejores lugares para observar cómo conviven diversas generaciones con sus propias expectativas, fortalezas, debilidades y aspectos representativos, como lo son los “Boomers”, la “Generación X”, la Generación Y (Millenials) y la Z (Centennials).

Y ahora que una nueva generación está creciendo y con sus miembros más mayores ad portas de integrarse al mundo laboral, las organizaciones están comenzando a proyectar cuáles serán los cambios a los que tendrán que adaptarse tanto las estructuras organizacionales como las propias jefaturas y trabajadores.

¿De qué generación estamos hablando? de la Alfa (o llamado por algunos como Alpha+).

Generación Alfa a poco de entrar al mundo laboral

Recordemos cómo se componen, demográficamente, las distintas generaciones mencionadas.

Si bien el rango de fechas suele variar, generalmente se entiende de que los “Baby Boomers” son aquellos nacidos posterior al fin de la Segunda Guerra Mundial hasta aproximadamente 1964.

A ellos le sigue la “Generación X”, hasta el 1980. Luego están los “Millennials” o “Generación Y” hasta el 1996 o poco antes del cambio de siglo, para concluir con los “Centennials” o “Generación Z”, con nacidos hasta el 2010.

Y ahora comienza a gestarse la “Generación Alfa”, con todos aquellos menores y jóvenes nacidos desde el 2010 en adelante.

¿Qué caracteriza a las generaciones?

Enfoquémonos en las dos últimas generaciones más insertas en el mundo del trabajo ¿Qué caracteriza a los Millennialsy Centennials en lo laboral?

Los primeros tienden, en general, a ser rupturistas y cuestionar las condiciones de trabajo, modificando dinámicas y, por ende, ser “promotores de cambios”, afirman Pablo González, psicólogo del Instituto de Seguridad del Trabajo (IST).

Por otro lado, los Centennialls comparten aspectos con su generación precedente, pero además presentan un gran compromiso con el entorno, en especial las problemáticas y responsabilidad medioambiental, añade el experto.

Y para el caso de la generación Alfa, estos aspectos seguirían presentes, en un contexto donde la crianza se da en medio del cambio climático junto con fenómenos y movimientos sociales que les llevará a exigir a las jefaturas “mejores prácticas empresariales que promuevan un impacto positivo”, señalan desde Rankmi.

Sin embargo, había un antecedente que podría cambiarlo todo: la inteligencia artificial.

Desafíos futuros

Según el jefe de experiencia del cliente (CXO) y cofundador de Rankmi, Felipe Cuadra, “las jefaturas para entonces (hacia la década del 2030), serán los Millenials, e incluso algunos profesionales mayores de la Generación Z, quienes han sido pioneros en la flexibilidad laboral, priorizando la salud mental y otras preocupaciones ligadas al bienestar”.

Por ello, el desafío de aquellos equipos directivos será responder a “un ambiente más adaptativo y también tecnológicamente avanzado, pero hay que tener en cuenta que la revolución que ha significado la Inteligencia Artificial (IA) en los últimos años también puede incidir en estas prioridades“.

De esta forma, y anteponiéndose a lo que serán futuros cambios en la convivencia intergeneracional, es que el ejecutivo afirma que las empresas deben fomentar -si es que no lo están haciendo ya- una cultura de aprendizaje continuo y adaptabilidad tecnológica.

Más aún teniendo en cuenta de que la IA avanza cada vez más a pasos agigantados cada poco tiempo, amenazando con cambiar ciertas prácticas o incluso reemplazar algunas labores.

Políticas de inclusión

Pero más allá de lo tecnológico “es importante desarrollar políticas de inclusión y diversidad que retengan el talento joven, además de establecer un puente comunicacional en donde los más jóvenes sientan la confianza de poder manifestar su visión con aquellos perfiles más seniors“, subraya Cuadra.

Y para finalizar, el cofundador de Rankmi prevé que otro desafío para los próximos años cubre temas relacionados con el envejecimiento de la masa laboral, junto con los efectos de la migración.

“Esto puede alterar la disponibilidad de talento en ciertas regiones, creando desequilibrios que demandarán estrategias tanto globales como locales, y adaptativas de acuerdo con las distintas necesidades”, concluye el ejecutivo.