En Chile actualmente existen 24 plantas desaladoras de agua, que en total tienen una capacidad de producción de 9.882 litros por segundo (l/s), cinco de ellas están ubicadas en la Región de Atacama con una capacidad instalada de 1.740 l/s. Específicamente en minera Mantoverde, minera Candelaria, Desaladora Atacama, Huasco y Aguas Cap.
Esta última, es una planta multipropósito, es decir, que abastece la minería y el agua consumo humano de las comunas Caldera y Chañaral, y la agricultura en Tierra Amarilla. Es la de mayor producción en la región, con una capacidad de 600 l/s, y se incorporó recientemente a la Asociación Chilena de Desalación y Reúso, Acades, gremio que promueve el desarrollo de la desalinización de agua de mar y el rehúso de aguas servidas tratadas como nuevas fuentes de agua fresca para el país.
Es por ello, que el vicepresidente de Acades, Rafael Palacios, visitó la región, precisamente las instalaciones de Aguas Cap, con el propósito de conocerlas, y reunirse con la plana ejecutiva y así coordinar la interacción entre la empresa y el gremio. Y fue durante su estancia en Atacama que se refirió a la importancia que tienen las plantas desaladoras y cómo son una real y viable alternativa y solución ante la escasez hídrica.
“Hace 20, 30 años llovía esencialmente. Nuestro abastecimiento de agua durante cientos de años se aseguró por las aguas lluvias y por el almacenamiento que nos proveía la cordillera, por la nieve. Y eso, producto del calentamiento global y los efectos del cambio climático, cambió y según los estudios científicos, cambió para siempre y en una tendencia que nos obliga a buscar nuevas fuentes de agua. Nos obliga a buscar fuentes no convencionales de agua”, consignó el vicepresidente de Acades.
Por lo mismo, comentó que una de las opciones fue dejar de buscar agua en la cordillera y pensar en el agua de mar como una fuente inagotable de agua para el consumo humano, para la vida y las actividades productivas.
Y en ese sentido, Chile es un país privilegiado por sus más de cuatro mil kilómetros de costa y el hecho de que los centros urbanos y gran parte de la actividad industrial y productiva se encontraban a menos de 200 kilómetros de la costa, lo que posibilitaba el abastecimiento de esa fuente no convencional como es la desalación y el rehúso.
APTA PARA CONSUMO
Existen muchos miedos en torno al uso del agua de mar desalada, es por ello, que Palacios profundizó al respecto, con el fin de informar a la ciudadanía sobre cómo opera y su seguridad, en especial cuando se trata de agua para el consumo humano. “Es el agua, probablemente, más segura que existe para el consumo humano. Y eso lo digo con total responsabilidad, esencialmente porque el proceso osmosis inversa lo que hace es tomar el agua de mar, sacarle todo el contenido de sales que tiene normalmente, la transforma en una agua tan pura que para poder ser apta para el consumo humano se tiene que repotabilizar, es decir, hay que incorporarle minerales, sales minerales, que el cuerpo humano necesita para poder transformarse en agua potable. Entonces es un agua extremadamente segura en materia de consumo”, señaló.