Hace 189 años, la villa de Vallenar progresaba de una manera notable por su comercio, trabajos de minas y cultura de sus habitantes, razones que contribuyeron para ser elevada al rango de ciudad, por acuerdo del Congreso Nacional adoptado el 24 octubre de 1834, el cual concluye enfático: «La Villa de Vallenar, cabecera del Departamento del Huasco, en la provincia de Coquimbo, tendrá en adelante el título de Ciudad».
La siguientes es una parte de la citada moción parlamentaria:
Siempre ha sido una innata propensión de los pueblos el aspirar a sus mejoras y engrandecimiento y mucho más los que se hallan con las aptitudes necesarias para entrar al rol de los que figuran en la república. La Villa de Vallenar, departamento de Huasco merece por todas circunstancias se constituya en el rango de ciudad, que le pertenece en la Provincia en atención a las razones siguientes: su localidad, la recta y poco común delineación de sus calles, el incremento en sus edificios, las obras públicas de cárcel, casas consistoriales, escuelas de primeras letras bien dotada cual para piquete de la guarnición, un puente de cuatro ojos, de cal y canto en el río, su magnifico templo parroquial, una recoba en principios de erección y el proyecto de una alameda a las márgenes del río en una calle de 18 varas de ancho. A que se agrega sus ricas producciones de plata, oro y cobre y gran fomento e industria en sus elaboraciones y, lo que es más, los considerables ingresos al erario nacional relativos al ramo de hacienda; su lucido vecindario y 280 familias que la pueblan. Por todos motivos merece que la soberanía de la Asamblea eleve su mérito a la representación nacional para que se digne declararla por ciudad, y el Gobierno Supremo numerarla en la lista civil de las de la República, a cuya distinción es llamada por todos respectos. En cuya conformidad y en virtud de todo lo expuesto, someto a las luces y consideración de la Honorable Sala, la siguiente proposición: Consideradas las cualidades y circunstancias que hace demostrativo el mérito de la Villa de Vallenar, elévese el correspondiente informe al Congreso General para que su soberanía se digne declararla por ciudad de la República. Serena y Abril 8 de 1831. José Agustín Cabezas
Apoyo del intendente provincial
Intendente provincial José María Benavente
Luego de tres años de espera, y bajo el mandato alcaldicio del edil Bernardo de Hodar, los habitantes de Vallenar vieron convertido en realidad el anhelo unánime de que la histórica y floreciente villa cabecera del Huasco alcanzara el reconocimiento de “ciudad”.
Correspondió al general José María Benavente Bustamante el honor de impulsar la instalación definitiva de Vallenar como ciudad de la República. Las gestiones para el objetivo las inició personalmente en 1931, cuando ostentaba el cargo de intendente de la provincia de Atacama-Coquimbo, de la cual Vallenar era subdelegación. Benavente puso especial interés en concretar este sueño de la tierra en la cual su padre había participado nada menos que en la fundación, acompañando a don Ambrosio O´Higgins, en su calidad de secretario y ayudante mayor de Órdenes.
Desafortunadamente, el general Benavente no vio coronado su esfuerzo, ya que falleció en 1833, de modo que la notificación del decreto dictado por el Presidente José Joaquín Prieto y el ministro de Interior, José Joaquín Tocornal, le correspondió darlo a conocer al intendente José Santiago Aldunate.
Luego de tres años de espera, y bajo el mandato alcaldicio del edil Bernardo de Hodar, los habitantes de Vallenar vieron convertido en realidad el anhelo unánime de que la histórica y floreciente villa cabecera del Huasco alcanzara el reconocimiento de “ciudad”.
Correspondió al general José María Benavente Bustamante el honor de impulsar la instalación definitiva de Vallenar como ciudad de la República. Las gestiones para el objetivo las inició personalmente en 1931, cuando ostentaba el cargo de intendente de la provincia de Atacama-Coquimbo, de la cual Vallenar era subdelegación. Benavente puso especial interés en concretar este sueño de la tierra en la cual su padre había participado nada menos que en la fundación, acompañando a don Ambrosio O´Higgins, en su calidad de secretario y ayudante mayor de Órdenes.
Desafortunadamente, el general Benavente no vio coronado su esfuerzo, ya que falleció en 1833, de modo que la notificación del decreto dictado por el Presidente José Joaquín Prieto y el ministro de Interior, José Joaquín Tocornal, le correspondió darlo a conocer al intendente José Santiago Aldunate.
Rápido Progreso de la Ciudad
Antigua «Calle del Comercio», como se denominaba a la actual calle Prat.
Una vez decretada la nominación de Ciudad, los vecinos acordaron extender la planta urbana que se mantenía ceñida en 318 solares, distribuidos en 36 manzanas de 100 varas, delineadas por el ingeniero Pedro Rico. Para concretar este objetivo, los vecinos aprovecharon los terrenos cedidos por el cura Bruno Zavala Fredes.
Para el año 1843, la ciudad ya contaba con dos escuelas para hombres, otras dos para niñas y cuatro mixtas. Por otra parte, estaba en plena construcción el matadero municipal. En tanto, para el año 1883, Vallenar contaba con dos diarios y se trabajaba afanosamente en el proyecto del ferrocarril Vallenar-Huasco.