Días antes de realizarse en Ginebra – Suiza la Primera Conferencia de las partes del Convenio de Minamata sobre el Mercurio, 34 mujeres de la comuna de Huasco fueron notificadas oficialmente de los resultados de un estudio que consideró 1044 mujeres en edad fértil (entre 18 y 44 años), en 37 sitios de 25 países, en seis continentes. 18 (53%) de ellas evidenciaba que sus cuerpos tenían concentraciones de mercurio por sobre 0,58 ppm, debido fundamentalmente a las emanaciones por combustión de Carbón del complejo industrial donde se ubican Termoeléctrica Guacolda de AES Gener S.A. y la Planta de Pellets de hierro, CMP S.A. (CAP). Cabe señalar que a partir de los estudios científicos más recientes al respecto se está sugiriendo que se reduzca el límite máximo de concentración permitido de 1 ppm a 0,58, ya que a partir de esta se han visto efectos negativos en fetos en gestación.
El estudio fue desarrollado por la red de organizaciones no gubernamentales IPEN, que hace años viene luchando por eliminar la producción, las emisiones y el uso del mercurio en el mundo, tras constatar los graves impactos que posee para la salud y el medio ambiente. La recolección de las muestras de cabellos de cada mujer, fue coordinada en Chile por el Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales OLCA, y se implementó en mayo de 2016 con el apoyo de la organización local SOS Huasco, las muestras fueron analizadas en los laboratorios certificados del Instituto de Investigación de Biodiversidad (BRI por sus siglas en inglés) en Estados Unidos.
Los resultados, por la amplitud de la muestra, tardaron en sistematizarse, pero se liberaron antes de la Conferencia de las Partes del Convenio de Minamata, llevada a cabo en Ginebra entre el 24 y 29 de septiembre, y arrojaron que a nivel mundial más de un 55% de las mujeres examinadas vive con una concentración de este metal pesado por sobre el máximo recomendado para evitar secuelas. Esto es relevante, pues la mayoría de los Estados, a pesar de haber firmado y/o ratificado el Convenio, se ha negado a hacer por su cuenta análisis científicos que evidencien la gravedad de la situación.
Si bien está demostrado que el mercurio es una neurotoxina potente, especialmente para el cerebro en desarrollo, transfiriéndose los efectos negativos y los daños de la madre al feto cuando los niveles de exposición y por consiguiente de concentración de mercurio en la madre exceden la referencia, trayendo consigo desde deficiencia neurológica y pérdida de coeficiente intelectual, hasta daño a riñones y al sistema cardiovascular. Chile firmó el Convenio en 2013, no lo ha ratificado hasta hoy, y no está en la agenda de lo que queda de este gobierno hacerlo, mostrando una indolencia lamentable y su complicidad con los intereses económicos que se verían afectados al tomar medidas para salvaguardar la salud de la población y de su ambiente.
Para Axelia Troncoso, una de las mujeres contaminadas con Mercurio, estos resultados suponen “una alerta para hacer cambios, pero también para exigir a las autoridades mayor preocupación sobre el tema”, cuestión urgente, pues ya entre otras integrantes de la muestra el desamparo va cobrando fuerza y se expresaba en frases como “he pensado en irme de Huasco”, “como pareja hemos tomado la decisión de solo tener un hijo”, lo que solo profundiza la crisis de salud y de deterioro de la calidad de vida que las Políticas de Estado están generando.
La situación es gravísima, sin embargo, en las políticas y planes llevados a cabo en el territorio, por presión de la comunidad ante las autoridades, como el tardío Plan de Prevención de la Contaminación, o el PRAS, Plan de Recuperación Ambiental y Social, el Gobierno ha preferido desplegar medidas en torno a los perros vagos y a la basura, eludiendo asumir los criminales efectos de las emisiones contaminantes -que a nombre del desarrollo- han transformado a Huasco de una bahía hermosa y fértil, en una zona de sacrificio.