La violencia institucional ha sido sistemática, silenciosa y la más impune hacia las mujeres de la región de Atacama. Hoy lo evidenciamos nuevamente en el caso de Marina Cabrera Almendras, joven boliviana de 24 años que desapareció el día 5 de febrero de 2019, cuando fue a dejar a su hijo a una escuela de verano, siendo encontrada el día 12 de julio de 2019 en un pique minero, violada, asesinada y enterrada por el femicida Hugo Pastén, quien aún no ha recibido sentencias por sus crímenes, ya que, además se le imputan el crimen contra Sussy Montalván y la desaparición de la adolescente Catalina Álvarez, delitos sucedidos en el mismo año.
Tras casi dos años esperando el cuerpo de Marina, la Fiscalía Nacional lo entrega el día lunes 26 de abril a su pareja Juan Paredes en Santiago; quien diligentemente la trae para ser velada y cremada en la ciudad de Copiapó, para así, posteriormente llevar sus restos a Bolivia, su país de origen.
El día 28 de abril en el marco de la ceremonia tradicional andina para despedir a Marina Cabrera, a Juan Paredes lo llaman desde la Fiscalía Regional de Atacama para informar que no puede proceder a cremar el cuerpo de Marina por no tener la autorización de sus padres, (quienes viven en una zona de difícil acceso y comunicación en Bolivia), dejando a la familia y la comunidad boliviana en la sede del Campamento Sergio Soto con el más profundo sentimiento de desconcierto e indefensión frente a la indolencia y negligencia institucional.
Sabemos con certeza que era responsabilidad del Fiscal Christian González Carriel elaborar el documento que hubiera permitido facilitar la operatividad burocrática para la familia de Marina, y que pudieran proceder sin problema alguno a cremar sus restos. Empero, somos los grupos feministas quienes acudimos a la Seremi de Salud, quien finalmente redactó y firmó el escrito para derivarlo a la Fiscalía Regional de Atacama. Y, además, se sumaron gestiones con Ausberto Cortez Rivero, Cónsul de Bolivia en Antofagasta, quien colaboró con el caso, pese a desconocerlo totalmente.
Todas estas gestiones y actuaciones feministas permitieron que finalmente, ayer jueves 29 de abril a las 17.00 hrs, el cuerpo de Marina pueda ser cremado para la tranquilidad de su pareja, hijo y comunidad boliviana en general.
La violencia institucional es tan transgresora en nuestro territorio que SernamEG, la institución encargada de “asegurar tolerancia cero a la violencia contra la mujer, en todas sus formas”, (tal como lo indican los pilares del Ministerio), en ningún momento se ha presentado entregando apoyo a lo sucedido. La Directora Regional, Camila Tapia Morales junto a su equipo profesional, han demostrado un evidente abandono de deberes, desidia, desinterés y una total falta de profesionalismo.
En este escenario, no podía quedar fuera la Municipalidad de Copiapó, quienes se acercaron al lugar de la ceremonia de despedida con una grotesca corona de flores institucional con la intención de ubicarla sobre la urna de Marina, pidiendo quitar la corona de flores que había elaborado la comunidad boliviana, lo que enhorabuena les fue impedido.
Aquí vemos en escena el engranaje racismo-patriarcado, en que el Estado de Chile y sus instituciones a nivel comunal, regional y nacional, una vez más se han comportado de manera violenta, nefasta y vergonzosa.
Las feministas organizadas de este territorio no hemos cesado de presionar y visibilizar la violencia sistemática que vivimos. Levantamos el hashtag “Atacama no es un territorio seguro para las mujeres”, y aún así se han sumado nuevos femicidios, desapariciones e intentos de raptos en la más profunda impunidad e indolencia de parte de las instituciones estatales.
Es por eso que nos unimos como feministas del territorio atacameño y las organizaciones adheridas a exigir:
1. Reparación y apoyo psicosocial a las familias de las víctimas, incluyendo niños y adolescentes.
2. La renuncia del fiscal Christian González Carriel, responsable del caso de Marina Cabrera Almendras, quien no ha sido diligente en las pericias del mismo, ya que en la mina donde fue encontrada ha sido saqueada y han reanudado los trabajos, perdiendo así evidencia importante de lo sucedido. Además, agregar que es responsable de los casos de las jóvenes desaparecidas Tanya Aciares, Thiare Elgueda y Catalina Alvarez, los que aún no tienen respuestas ni avances.
3. Solicitamos la renuncia de la directora regional de Sernameg Camila Tapia Morales, por su abandono de deberes, desidia y legitimación de la violencia hacia las mujeres en Atacama.
4. Solicitamos disculpas públicas de parte del Alcalde Marcos López, cabeza de la Ilustre Municipalidad de Copiapó, frente al acto de prepotencia y violencia cometido en el funeral de Marina.