La estatal está ejecutando una robusta cartera de proyectos que buscan una mejora sustancial en su desempeño ambiental, así proyectan alcanzar un 98% de captura de sus emisiones. Vecinos cercanos a la faena valoraron la inversión y transparencia de la empresa, en tanto ejecutivos la calificaron como un avance hacia una operación más sustentable.
La noche del 28 de diciembre de 1951, ante gran expectación, se fundió la primera barra de cobre blíster de Paipote, dando vida a la fundición que luego sería bautizada con el nombre de Hernán Videla Lira (FHVL). A 68 años de ese hito, el plantel de la Empresa Nacional de Minería (ENAMI) se encuentra ad-portas de ejecutar una importante cartera de proyectos que, con innovación y tecnología, transformarán su operación en una más sustentable, a fin de garantizar un desempeño con mayor respeto al medio ambiente y sus comunidades.
Iniciativas de mejora de procesos, cambio de materialidad y adquisición de nueva tecnología que comenzaron a ejecutarse en 2020 y que culminarán en 2021; y cuya inversión alcanza US$ 7 millones que se sumarán al presupuesto destinado a labores de mantención proyectada para el segundo trimestre, por US$ 5 millones. Con esto, el corazón de ENAMI busca mejorar su estándar operacional y ambiental, apostando a alcanzar 98% de captura de sus gases, cifra que ubicaría al plantel por sobre la actual normativa de emisiones para fundiciones de cobre fijada en 95%, y que haría posible garantizar su operación y compromiso con la pequeña minería de la provincia.
“Con esta robusta cartera de proyectos, tenemos una expectativa de proyección de nuestro porcentaje de captura de emisiones a un 98%, que es el máximo de lo que puede rendir nuestra tecnología actual. Creemos que, con esta importante inversión, para la próxima campaña de la fundición vamos a avanzar aún más en la sustentabilidad de nuestra operación, proyectando una disminución considerable de nuestros gases fugitivos y una importante baja en los eventos ambientales”, explicó Macelo Bustos, gerente del Complejo Metalúrgico de Paipote, que aúna a la fundición HVL y Planta Manuel A. Matta.
Con esto, la fundición de ENAMI da un nuevo paso en su plan de acción para controlar sus emisiones de SO2, el que se aceleró en los últimos dos años tras la inauguración de la Planta de Tratamiento de Gases de Cola (PTGC) -cuya inversión alcanzó US$ 56 millones-, llevando a un 95% la captura de SO2 del plantel y de paso transformándose en la primera del país en cumplir con el Decreto Supremo 28 sobre emisiones de fundiciones de cobre. Lo que se complementó en 2020 con el Proyecto de Adición de Carga Fría que permitió alcanzar un porcentaje histórico de captura del 95,8% de las emisiones del plantel.
Hacia la automatización
A partir del segundo semestre de 2020 la fundición de ENAMI se encuentra avanzando en una serie de soluciones tecnológicas para caminar hacia una automatización estratégica de algunas de sus operaciones. Para ello, se encuentra en desarrollo la implementación de un Circuito Cerrado de Televigilancia, cuya función es alertar posibles anomalías que desencadenen un alza en la emisión de SO2 a la atmosfera, entregando un margen de acción a operadores y línea de supervisión para ejecutar medidas de mitigación que eviten un impacto ambiental.
“Estas cámaras inteligentes, que están monitoreando todo el tiempo, gracias a un software, informan el estado de cada campana -equipo parte del proceso de fundición- por lo que de ocurrir alguna situación fuera de lo normal, alertarán al personal clave que se encuentre en operación y fuera de ella a través de mensajería instantánea. Adicionalmente, hemos definido un tiempo de 10 minutos para la toma de acción, de lo contrario se enviará una alerta para la detención del proceso”, detalló Marcelo Bustos.
Adicionalmente, gracias a modelos predictivos aplicados a la planta de Tratamiento de Gases de Cola, será posible mantener un equilibrio en el SO2 que se emite a la atmósfera, mediante el aumento de químicos que permitirán una mejor captura, evitando alzas y peaks inesperados que pudiesen afectar a comunidades cercanas a la operación de ENAMI. “Voluntariamente tomamos la determinación de operar en un punto de menor emisión, bajando nuestro límite a 100 ppm como promedio horario máximo -actualmente la normativa permite 600ppm-, decisión que tiene un costo de US$ 2 millones adicionales, pero que asumimos en pro del control ambiental”, comentó el gerente del complejo.
Suman un importante aumento en la capacidad de las Plantas de Ácido, lo que permitirá capturar tempranamente los gases de operación para estabilizarlos y evitar emisiones indeseadas. Asimismo, el plantel se encuentra identificando y trabajando sobre puntos de emisión no detectados, que generan gases fugitivos, a fin de capturarlos y reintegrarlos al proceso.
“Otro proyecto importante que iniciaremos prontamente es el cierre del Convertidor Teniente que es un punto de emisión potencial, pero también es un punto de mucho ruido y polución. Con esto, la fundición de ENAMI tendría el primer Convertidor Teniente cerrado del país”, detalló el ejecutivo de ENAMI.
La robusta cartera de proyectos de innovación y avance tecnológico ha sido presentada a vecinos de Tierra Amarilla y Paipote en más de diez visitas guiadas dentro del plantel y que diversas representantes de Juntas de Vecinos y organizaciones han destacado. “Es súper importante conocer parte del gran avance que hay, porque se hicieron compromisos por parte de ENAMI y con el recorrido, logramos ver que sí se están cumpliendo”, aseguró Katherine Araya, presidente de la Junta de Vecinos Llanos de Ollantay 4ª etapa.
Mientras, Thalía Barral, vicepresidenta de la JJ. VV Santiago 1, apuntó a lo relevante que es que “ENAMI esté comunicando y colaborando con la comunidad, para ver en terreno el trabajo y conocer las planificaciones que tienen a futuro. Espero que mejoren su trazabilidad de gases, que hoy está en 95% y que pretenden llevar a 98%, creo que eso habla muy bien de la empresa y de su preocupación medioambiental”.
Sobre la próxima inversión, el vicepresidente ejecutivo de ENAMI, Robert Mayne-Nicholls finalizó comentando que se trata de un trabajo que “nos permite proyectar nuestra labor hacia las próximas décadas, entendiendo que el compromiso de la fundición Hernán Videla Lira es generar fomento con impacto para la minería de la Región de Atacama, pero también sostener una operación sustentable con respeto al medioambiente y sus comunidades vecinas. Creemos que podemos conciliar ambos desafíos de la mano de mayor tecnología e innovación y hoy estamos construyendo de manera estratégica el camino que nos permita continuar la tradición que venimos desarrollando los últimos 60 años”.