La Comisión de Educación recibió al rector, funcionarios y estudiantes de la casa de estudios, junto al superintendente de Educación Superior.
Con el objetivo de analizar la compleja situación financiera de la Universidad de Atacama y la desvinculación de sus trabajadores, la Comisión de Educación recibió de manera telemática la presentación de los diferentes estamentos del centro de estudios junto al superintendente de Educación Superior.
El primero en exponer fue el rector Celso Arias, quien explicó la forma en la que se desarrollaron los gastos de la universidad, considerando la caída en el número de estudiantes (de 7.342, en 2019, a 6.685, en 2020) y la consiguiente merma en los ingresos.
El rector señaló que, desde el año pasado, la universidad inició un proceso de auto regulación con la finalidad de mejorar los resultados operacionales negativos de los últimos dos períodos, lo que permitió reducir en cerca de mil 800 millones de pesos el déficit.
Sin embrago, la autoridad señaló que, tanto el estallido social como la pandemia mundial, provocaron la disminución de los ingresos operacionales de la institución, especialmente en las matrículas.
Funcionarios y estudiantes
Luego, el presidente de la asociación de funcionarios, Eric Latorre, si bien valoró que dentro de este complejo escenario la universidad sea capaz de continuar pagando sus sueldos e imposiciones, lamentó que se anunciara que no existiría un reajuste de remuneraciones y las 76 desvinculaciones que han afectado tanto a profesionales de apoyo a la docencia como a funcionarios.
“Nuestra situación es estable, pero preocupante”, expresó, pues no saben si para 2021 existirá la cantidad necesaria de estudiantes matriculados.
Por su parte, la vocera del Consejo de Presidencias de la Universidad de Atacama, Constanza Muñoz, lamentó que, en la toma de decisiones de la universidad frente a esta crisis, no se les considere como estamento. Aseguró que existe un desorden administrativo y, en ese escenario, se dificulta aún más la calidad de la educación, considerando el actual contexto de crisis sanitaria.
Superintendente Educación Superior
Por su parte, el superintendente de Educación Superior, Jorge Avilés, aseguró que se encuentran constantemente revisando la situación financiera de la institución y que los datos que manejan se condicen con los expresados por el rector.
Efectivamente, en la universidad, desde 2016, se gastaría más recursos de los que ingresan. De acuerdo a los datos entregados, las remuneraciones y honorarios aumentaron en cerca del 26%, mientras que los ingresos en 16%.
Sin embrago, a juicio del superintendente, la universidad no presenta indicadores que comprometan la sustentabilidad en el mediano y largo plazo. Explicó que cuenta con un robusto nivel de activos y con los recursos para hacer frente al déficit que se proyecta hasta 2021.
Tras escuchar las exposiciones, los diputados lamentaron la ausencia del subsecretario de Universidad Superior, Juan Eduardo Vargas, pues, justamente, en el presupuesto 2021 existió una reducción de los recursos para educación superior que podría afectar aún más la situación de esta universidad.
Frente a ello, acordaron enviar una nota al subsecretario expresando su preocupación por la situación presupuestaria y, además, al tiempo que comprometieron realizar una nueva sesión para analizar la situación que afecta al conjunto de las universidades.