Carta de Jaime Perelló Arias a junta de vigilancia del Rio Huasco por caso de Hacienda Ventanas

Señor
Nicolás del Río N.
Presidente
Junta de Vigilancia de la Cuenca del Río Huasco y sus Afluentes
Presente
De mi consideración,

En primer lugar, debo manifestar mi sincera preocupación por la situación generada
relativa al acuerdo legítimo y en conformidad a derecho tomado recientemente por la Junta de
Vigilancia de la Cuenca del río Huasco y sus Afluentes (JVRH), en cuanto a no distribuir los
derechos de aguas de mi propiedad inscritos a fojas 21, N° 21, del Registro de Propiedad de
Aguas del año 2018, del Conservador de Bienes Raíces de Vallenar, a quién no presenta título
sobre aquellos y así evitar la comisión del delito de usurpación de aguas.

Sin embargo, no puedo estar ajeno a que las familias que actualmente dependen de la
Hacienda Las Ventanas cuya propietaria es la Fundación de Beneficencia Isabel Aninat
Echazarreta (“La Fundación”), y que actualmente pretende obtener por vía judicial aquellas
aguas, puedan verse expuestas a la pérdida de sus trabajos por la negligencia de aquella
institución en la adquisición de derechos del embalse Santa Juana u otros derechos de agua del
río Huasco.

Me parece bastante poco serio por parte de una empresa que se dice agrícola, que no
considere la importancia de contar con derechos de agua suficientes para su actividad y que por
su propia incapacidad profesional termine generando un conflicto que afecta a las familias que
tanto dicen interesarles.

Tampoco puedo estar ajeno a la inseguridad a la cual se han visto expuestos algunos
directores de la JVRH, por el mero hecho de haber votado el acuerdo de distribución en
conformidad a ley. Sé que con aquello han expuesto a sus familias y agradezco profundamente
la valentía que han demostrado, no obstante las presiones que han recibido por las maniobras
mediáticas de la Fundación y de aquellos políticos del valle que más les importa un puñado de
votos que proteger el Estado de Derecho ni buscar la verdad en las situaciones que ocurren en
su comunidad.

Considerando lo anteriormente expuesto, solicito a la JVRH que por lo que resta del
presente año 2020, deje de retener parte de las aguas que motivan el conflicto y ponga a
disposición de la comunidad del valle del Huasco un volumen de 1.250.000 m3, de manera que
la Fundación pueda ordenarse, y así las familias de la Hacienda Las Ventanas -las cuales deben
ser nuestro especial foco de atención- puedan culminar un año ya turbulento, con la tranquilidad
que no serán cesados de sus trabajos. Dicho volumen será administrado exclusivamente por la
JVRH y deberá ser entregado en la forma que ellos estimen conveniente y realmente necesario.
Este gesto que hago es exclusivamente por las familias de la Hacienda y está inspirado
en mi formación y valores cristianos.

Si me llama la atención que estos mismos valores cristianos parecieran no existir en la
Fundación ni en su administración a la hora de pagar sus deudas ya que en mi caso, como detalle
en mi declaración anterior, mantienen una deuda de 100 millones de pesos por mas de 4 años,
sin que hasta ahora hagan comentario ni gestión alguna para pagar. Sería muy interesante
saber la posición del Arzobispado sobre este punto.

Vale recordar que el argumento de la Fundación para no pagar es simplemente que no
saqué a todos los trabajadores del campo según lo exigido por los “señores” Alcalde, situación
que consta en las instrucciones notariales de la compraventa de la Hacienda Las Ventanas.
Otro punto importante que debo aclarar, es que la presente manifestación de voluntad en
cuanto a que desembalsen las aguas inscritas a mi nombre, no la realizo por el hecho de que la
Hacienda Las Ventanas no tenga suficientes recursos hídricos para los efectos de operar puesto
que con sólo los derechos permanentes en el río Huasco que mantiene su actual dueño a su
nombre (“La Fundación”) y que efectivamente le están siendo distribuidos por la JVRH, le basta
y sobra para llevar adelante la escaza actividad agrícola que hoy en día se desarrolla en el lugar.

Finalmente me gustaría solicitar formalmente al Arzobispado de Santiago, que sean ellos
quienes tengan una participación más activa en el período que queda hasta fin de año, de manera
que ejecuten las acciones necesarias que puedan lograr resolver sus problemas como empresa.
Lo anterior, dado que queda la sensación de que las personas a cargo actualmente de la
Fundación de Beneficencia Isabel Aninat Echazarreta al parecer no tienen las capacidades
necesarias para ello, situación que debe preocuparnos a todos los católicos.

Sin otro particular, saluda atentamente a Ud.,

 Jaime Perelló Arias