Mineros destacan programa con el que ENAMI ha reactivado 32 faenas del país

En marzo, la estatal puso en marcha el instrumento de fomento que busca dar un nuevo impulso a faenas mineras paralizadas. Entre las iniciativas aprobadas, destaca un yacimiento de oro que dejó de ser explotado hace más de cuatro décadas.

Buscando dar un impulso para aumentar la presencia de pequeños productores mineros en el país, y a la vez generar encadenamientos productivos que impacten positivamente en el abastecimiento de sus plantes y en las economías de diversas localidades que dependen de la pequeña minería; la Empresa Nacional de Minería (ENAMI) puso en marcha este 2020 el Programa de Reactivación de Faenas Mineras que entrega capital por hasta 35 mil dólares, es decir cerca de $28 millones, a mineros que busquen iniciar o reiniciar operaciones en faenas mineras.

En esta tarea, a la fecha, la estatal ha aprobado 32 proyectos de reactivación a lo largo del país, concentrando el 60% de estas iniciativas en la región de Atacama, y por las que se han invertido cerca de 850 mil dólares -más de $680 millones- alcanzando a cinco meses de su puesta en marcha, el 64% de ejecución del presupuesto destinado para dicho instrumento de fomento con impacto.

El gerente de Fomento y Minería de ENAMI, Felipe Carrasco, destacó la evolución positiva y buena recepción que ha tenido el instrumento entre los productores y explicó que “el programa de reactivación de faenas mineras, el cual tiene un alcance a nivel nacional, tiene 1,3 millones de dólares como presupuesto para el año 2020. De lo que va del año, hemos reactivado 32 faenas mineras por un monto de 850 mil dólares, donde la mayoría se ha visto beneficiada en la región de Atacama, con aproximadamente medio millón de dólares. Este instrumento nuevo de fomento tiene una virtud que es importante destacar, ya que no es necesario que quienes postulen a él, tengan habitualidad de entrega de mineral, esto porque se entiende que no hay una producción previa del yacimiento en el que se busca iniciar la explotación minera”.

Dentro de los casos de éxito y experiencias valoradas por los productores mineros, destaca el trabajo que está realizando Raúl Araya en la mina de oro Doña Silvia, en el distrito de Jesús María de Copiapó. Esto, porque gracias al programa de ENAMI, puso en marcha una faena que paralizó su explotación en 1980. “Con el capital que obtuve al postular al programa de ENAMI, estamos empezando a trabajar la mina que no se trabajaba desde hace 40 años. Creo que, para todos los que hemos calificado para obtener este empujoncito para poder desarrollarnos en la minería, es una opción muy buena, ya que muchos no estamos en las condiciones de iniciar una faena minera que conlleva muchos gastos con pocos ingresos”, indicó Araya.

Bernardo Carrizo, productor minero y presidente del Sindicato de Pirquineros de Tierra Amarilla, también es beneficiario de este programa. Con un financiamiento de hasta US$ 35 mil, busca poner en marcha la Mina Betty 1 al 6, ubicada en la Sierra de Ojancos Viejos en la comuna de Copiapó.

“Hicimos una inversión inicial que nos alcanzó para cierto desarrollo que no pudimos terminar, por lo que nos dirigimos a ENAMI para postular al Programa de Reactivación de Faena Minera, el que, previas revisiones y certificaciones de potencialidad y leyes de la veta de mineral, nos fue aprobada. Partimos hace dos meses cumpliendo el programa establecido. Este es un gran beneficio, ya que nos permite el reinicio de esta mina y poder contar con el financiamiento que a veces cuesta obtener cuando no hemos podido hacer caja”, explicó el productor minero.

En tanto Luis Pacheco, luego de varios intentos de poner en marcha la Mina Carmen Bajo, en Tierra Amarilla, logró alcanzar mineral de alta ley tras acceder al programa de ENAMI. Capital que le ha permitido hacer exploraciones y trabajos de seguridad para él y sus trabajadores. “Es muy bueno que consideren a los mineros artesanales en los programas de ENAMI. La Mina Carmen Bajo había pasado por cinco productores y ninguno logró resultados positivos; yo fui persistente y junto al programa de ENAMI alcancé los minerales para comenzar a vender”, explicó el productor tierramarillano.

Este programa de fomento es parte de una robusta cartera diseñada por la estatal para generar fomento con impacto mediante programas, asistencias técnicas y créditos destinados para el desarrollo de la pequeña minería; iniciativas que al primer semestre de 2020 han concretado una inversión de cuatro millones de dólares.