- Esta mañana fue detenido el Alcalde suplente de Tierra Amarilla, Mario Morales Carrasco junto a funcionarios municipales y tres contratistas.
Bien dice el refrán que “para mentir y comer pescado, hay que tener mucho cuidado”, palabras que perfectamente podrían ser aplicadas al alcalde suplente de Tierra Amarilla, Mario Morales Carrasco (PS), quien asumió temporalmente hace casi tres años el municipio local con un estruendoso discurso de “transparencia”, “aquí no se va a perder un solo peso, como en gestiones anteriores”, “vamos a transparentar todos los gastos” y un montón de otras rimbombantes frases célebres que permanecen inmortalizadas en los diarios regionales pero que, al parecer, fueron solo para el bronce porque el viento se las llevó.
Lo anterior, a razón de la querella criminal que interpuso ante la Fiscalía local el Consejo de Defensa del Estado por sobornos y cohecho reiterados en contra de Mario Morales y otras dos funcionarias municipales involucradas, acciones delictivas que están incuestionablemente acreditadas en el escrito presentado por este órgano del Estado, llegándose a la suma de 102 millones de pesos en “coimas” solicitadas por el jefe comunal suplente a un contratista para adjudicarle proyectos.
No es de extrañar esta conducta del alcalde suplente, porque como bien también lo señala otro adagio: “Lo que comienza mal, termina mal”. Y esta expresión viene al caso al recordar otro reciente y vergonzoso hecho que igualmente atañe al jefe comunal elegido por los votos de sus colegas concejales (Patricio Morales, Cristobal Zuñiga, Domingo Ordenes y Boris Perez), donde uno de ellos (Boris Pérez) le reprocha en una grabación que circuló en redes sociales que le había dado su voto para que lo favoreciera “con pega” (proyectos) y, sin embargo, (Morales) se la estaba dando a otra persona, claro, todo esto no en términos académicos, sino que más bien coprolálicos o vulgares.
Por lo tanto, la comunidad tierramarillana también se ha expresado en las redes sociales al respecto, fustigando el proceder de la autoridad edilicia suplente, cuya conducta en sus casi tres años de ejercicio, deja bastante que desear, si recordamos que a la presente causa, se le suma su prepotente verborrea que le ha traído otras demandas por injurias y amenazas, amén de haber perdido varios juicios en su contra presentados por ex funcionarios que han significado un enorme daño patrimonial para el municipio de esta esforzada comuna minera.
La causa presente llevada adelante por el Consejo de Defensa del Estado deja abierta la puerta para pensar que si en proyectos pequeños, como son los acreditados en esta causa, se habla de coimas por más de cien millones de pesos, perfectamente, el tierramarillano de a pie se puede preguntar qué otras tramas –entiéndase, “negociados”- se habrán tejido en otros proyectos de muchos más millones de pesos envueltos al amparo de los que han sido inyectados por Minera Candelaria y Minera Caserones entre otras los que también son por ahora motivos de investigación por parte de los organismos fiscalizadores.
En resumen, habrá que esperar el día y hora de este juicio que, probablemente, esta vez, termine de manera poco feliz para Mario Morales y no la pueda sacar tan barata, principalmente, por dos razones: Primero, porque los hechos están acreditados y, segundo, por una reciente caso de cohecho que sienta precedente, como aconteció con la participación de carabineros de Copiapó y una conocida botillería, respecto al cual el juez dictaminó prisión preventiva para los involucrados. Si la justicia actúa consecuentemente en una sola lógica y línea de acción, lo más probable es que el alcalde suplente no termine su periodo al frente del municipio tierramarillano.