Tras el veto presentado hace algunos días por el Presidente Sebastián Piñera, el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) al fin pudo ver la luz en la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados. Sin embargo, no fue algo sencillo de conseguir, ya que en primera instancia y antes de la solicitud del mandatario, este proyecto de gobierno no había logrado definir un monto a repartir entre los cerca de 4 millones 500 chilenos que, posiblemente, puedan recibir este bono.
La iniciativa beneficiará a las familias pertenecientes al 60% más vulnerable de Chile durante la emergencia y cuya fuente de ingresos sea exclusivamente informal y también a las familias pertenecientes al 40% de mayor vulnerabilidad durante la emergencia y que dependan de ingresos informales pero que también cuentan con ingresos formales de bajo monto, como podría ser una pensión o una boleta. En Atacama permitirá entregar un manto de protección social a cerca de 35 mil familias, lo que representa más del 50% de la población regional y que recibirá esta transferencia monetaria en los meses de junio, julio y agosto.
Antes que se presentará el veto, un hogar de cuatro integrantes sin ingresos formales y que perteneciera al 40% más vulnerable en los meses de emergencia, el primer mes recibiría $260 mil, $221 mil el segundo y $182 mil el tercer mes. En cambio, aquellas familias también de cuatro integrantes sin ingresos formales y que estén entre el 41% y 60% de vulnerabilidad, recibirían $173 mil el primer mes, $147 mil el segundo y $121 mil el tercer mes.
Específicamente, el veto permitió eliminar la gradualidad, esto quiere decir que todas las personas que viven con ingresos informales hasta el 60% del Registro Social de Hogares, podrán acceder de igual manera al mismo beneficio. El monto será entregado dependiendo de la cantidad de personas que compongan el grupo familiar designado; por ejemplo, si una familia cuenta con una sola persona, esta recibirá $65.000 el primer es, $55.250 el segundo y $45.500 el tercer y último mes.
Asimismo, con el veto se sumó como beneficiarios a los adultos mayores que sobrepasan los 70 años y que reciben la Pensión Básica Solidaria (PBS), permitiendo ampliar significativamente el universo al cual apuntábamos anteriormente.
Uno de los deberes del Gobierno es apoyar a las familias más vulnerables en tiempos de crisis, por eso, es sumamente importante poder responderles a través del IFE y así ayudarlos a sobrellevar los daños colaterales que ha traído la pandemia del COVID-19 y que se expresa en una difícil realidad social en presente año.
Ahora el proyecto ha ingresado al Senado con tramitación rápida, por lo cual solo nos queda esperar y convocar a la cohesión social para que se pueda concretar a la brevedad para que las familias de Atacama y el país puedan seguir saliendo adelante. Eso es lo que nos ha encomendado
el Presidente Piñera, entregar tranquilidad a las familias de menores ingresos y clase media, considerando que el gobierno está con ellos en todo momento