A nivel local, se espera que la producción se mantenga en línea con el año anterior, aunque preocupa la situación financiera de empresas de menor tamaño.
En lo que va de la pandemia y gracias a estrictas medidas sanitarias, la minería ha logrado sortear de momento la crisis por el coronavirus. Incluso en el primer trimestre fue el principal motor de la economía. Con los antecedentes que se manejan hasta el momento, el presidente de la Sonami, Diego Hernández, apunta a que la situación estaría controlada y que los efectos no serían tan negativos.
El líder gremial asegura que el segundo trimestre será el más complejo, pero que en el tercero la situación debiese repuntar, para terminar con un cuarto trimestre similar a los tres primeros meses del año, en el que la producción minera subió 4,6% (3,4% considerando que hubo un día más).
“Es distinta la razón, pero similar a lo que pasó en 2008-09, en la medida en que China comenzó a reactivarse, el precio acompañó, no creo que el precio vaya a explotar este año, pero lo que proyecta Cochilco es US$ 2,4 la libra, que es perfectamente alcanzable y tal vez pueda ser mejor”, asegura.
Respecto al comportamiento de la industria, Hernández insiste en que aún es difícil proyectar, pero el escenario que manejan prevé una contracción mundial de la demanda de cobre de máximo 4%, lo que se recuperaría completamente el 2021, para cuando se vaticina un crecimiento de entre 4% y 5%. Por el lado de la oferta, afirma que cierres de faenas en países como Perú, Congo y China, además de la baja de la chatarra de cobre provocarían una caída de 3,3%.
“Entonces el balance será un pequeño superávit que puede ser absorbido por las bolsas, eso quiere decir que no afectará tanto el precio, mientras que a nivel local la reducción será muy marginal, y deberíamos andar en los 5,8 millones de toneladas de cobre”, afirma Hernández.
Resalta un efecto positivo para las mineras locales que tiene que ver con el costo de producción. Explica que el costo promedio de 2019 fue de US$ 1,4 por libra. A su vez, si se considera que alrededor de la mitad de los costos es en pesos y el nivel actual del dólar, ya hay unos 11 centavos de ahorro adicionales, que, sumados a la caída del precio del petróleo, podría subir a unos 13 centavos.
“Si el precio es US$ 2,31, equivale a un precio de US$ 2,44 si se compara con el año pasado. Esto es de gran ayuda, porque la preocupación ahora es la continuidad operacional y no los costos”, explica.
Donde sí existe mayor inquietud es en la mediana minería, por las menores economías de escala que tiene este sector, que requiere de mayor capital de trabajo. Sin embargo, sólo 6 de las 23 faenas que hay en este segmento califican para acceder al Fogape, por lo que la Sonami se encuentra en conversaciones con el Gobierno para poder ampliar el número de beneficiados.