Cerca de 14 equipos de la UC, la U. de Chile o la USACh, entre otras, desarrollan modelos de respiradores y esperan el visto bueno de la autoridad sanitaria.
Al menos 14 grupos distintos de varias universidades chilenas trabajan en prototipos viables y seguros de ventiladores mecánicos que puedan, prontamente -al menos dos semanas-, replicarse en serie industrialmente, para apoyar la lucha contra la pandemia del Covid-19 con miras el primer peak de contagios, que el Ministerio de Salud estima para fines de abril o inicios de mayo.
Varios de estos equipos de trabajo aunaron esfuerzos y formaron la Coordinadora de Colaboración para Ventiladores Mecánicos (CooV), apoyada por Desafío Levantemos Chile, que les ha permitido trabajar más coordinadamente en sus proyectos y conseguir respaldo del sector empresarial.
De acuerdo con El Mercurio, en la Universidad Católica hay un equipo liderado por el ingeniero Felipe Lechuga que ya tiene cinco ventiladores fabricados y el pasado jueves realizaron probaron uno con un pulmón artificial.
«Este equipo (respirador) no está hecho con impresión 3D, tiene piezas de acero inoxidable. Hemos trabajado 18 horas sin parar», contó Lechuga sobre el prototipo que trabajan con apoyo de especialistas del hospital clínico de la institución y en base a un modelo de una máquina española que es utilizada en ese país.
Adelantó que esta semana contarán con una línea de ensamblaje en el centro de innovación de la universidad, donde -afirmó- están en condiciones de fabricar en serie, en tanto que lo único que les faltaría es que la autoridad sanitaria valide el prototipo para comenzar la producción dentro de las próximas dos semanas.
Los dos equipos de la U. de Chile
En la Universidad de Chile, a su vez, hay dos equipos paralelos: el primero es del área de ciencias, liderado por el académico Juan Carlos Letelier, quien trabaja en coordinación con los centros de manufactura industrial de la FACh, el Ejército y la Armada.
El otro grupo es encabezado por el vicedecano de Ingeniería, James McPhee, quien cuenta con el respaldo de la Facultad de Medicina, que trabaja a partir de un diseño liberado por el MIT, que también es la base de prototipos de otros equipos.
«Tenemos ya un prototipo que funciona y lo estamos sometiendo a varias pruebas. Así nos damos cuenta de lo que va bien y lo que necesitamos mejorar», apuntó McPhee, comentando que están en conversaciones con la industria manufacturera, con la prioridad de tomar decisiones que permitan una fabricación «rápida y masiva»; esta semana, dice, podrían empezar a hablar de plazos de producción.