Los anticuerpos no son una vacuna, pero podrían administrarse a personas en riesgo con el objetivo de evitar que contraigan el coronavirus.
Un equipo de científicos chinos ha aislado varios anticuerpos que, a su juicio, son «extremadamente eficaces» para bloquear la capacidad del nuevo coronavirus de penetrar en las células, lo que podría resultar útil en el tratamiento o la prevención del COVID-19.
Actualmente no hay un tratamiento efectivo probado para la enfermedad provocada por el virus, que se originó en China y se está extendiendo por todo el mundo en una pandemia que ha infectado a más de 850.000 personas y ha matado a 42.000.
Zhang Linqi, de la Universidad Tsinghua, Pekín, dijo que un fármaco elaborado con anticuerpos como los que su equipo ha encontrado podría utilizarse con mayor eficacia que los enfoques actuales, incluidos los tratamientos con plasma.
El plasma contiene anticuerpos pero su uso se ve restringido por el tipo de sangre.
A principios de enero, el equipo de Zhang y un grupo de un hospital de Shenzhen comenzaron a analizar los anticuerpos de la sangre extraída de los pacientes de COVID-19 recuperados, aislando 206 anticuerpos monoclonales que mostraron una «fuerte» capacidad para adherirse a las proteínas del virus.
Después realizaron otra prueba para ver si realmente podían evitar que el virus entrara en las células, dijo a Reuters en una entrevista.
Entre la primera veintena de anticuerpos probados, cuatro fueron capaces de bloquear la entrada del virus y, de ellos, dos fueron «extremadamente buenos» a la hora de hacerlo, dijo Zhang.
El equipo se centra ahora en identificar los anticuerpos más potentes y posiblemente combinarlos para mitigar el riesgo de que el nuevo coronavirus mute.
Si todo va bien, los desarrolladores interesados podrían producirlos en masa para probarlos, primero en animales y eventualmente en humanos.
El grupo se ha asociado con una empresa biotecnológica sino-estadounidense, Brii Biosciences, con la intención de «proponer múltiples candidatos para la intervención profiláctica y terapéutica», según un comunicado de Brii.
«La importancia de los anticuerpos ha sido probada en el mundo de la medicina desde hace décadas», dijo Zhang. «Se pueden utilizar para tratar el cáncer, las enfermedades autoinmunes y las enfermedades infecciosas».
Los anticuerpos no son una vacuna, pero podrían administrarse a personas en riesgo con el objetivo de evitar que contraigan el COVID-19.
Normalmente lleva alrededor de dos años que un medicamento logre la aprobación para su uso en pacientes, pero la pandemia de COVID-19 están está acelerando los procesos, según destacó Zhang, y pasos que antes se daban de forma secuencial ahora se hacen en paralelo.
Zhang, que publicó los hallazgos en internet, espera que los anticuerpos puedan ser probados en humanos en seis meses. Si se descubre que son efectivos en las pruebas, su uso real para tratamientos llevaría algo más de tiempo.
Otros expertos llaman a la precaución.
«Hay una serie de pasos que deberán seguirse ahora antes de que pueda utilizarse como tratamiento para los pacientes de coronavirus», dijo el especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Hong Kong, Ben Cowling, cuando Reuters le describió el hallazgo.
«Pero es realmente emocionante encontrar estos tratamientos potenciales, y luego tener la oportunidad de probarlos. Porque si podemos encontrar más candidatos, entonces eventualmente tendremos un mejor tratamiento», dijo Cowling.