Rafael Torreblanca Dolarea, nació en Copiapó el 6 de marzo de 1854, en el seno de un hogar minero. Su padre, Rafael Torreblanca se dedicaba principalmente al proceso de minerales y mantenía una planta industrial en Nantoco cerca de Tierra Amarilla en Copiapó. Su madre era María Dolarea y fue el menor de once hermanos. En los pocos años de juventud trabajó arduamente en su profesión de ingeniero, laborando en Nantoco, Tierra Amarilla, en el sur del Perú y en Salta, Argentina.
Desde su infancia había sentido una fuerte inclinación por la poesía y escribía románticos versos, muchos de los cuales dedicó al gran amor de su vida, la joven copiapina Clementina Cobo. La historia de este amor está contada en forma novelada en el libro «Adiós al Séptimo de Línea«, de Jorge Inostroza, escritor que admiró la figura legendaria del héroe y de su novia Clemenetina.
Con condiciones de líder, valiente, tal vez muy osado, en mayo de 1879, cuando Chile se encontraba en guerra con la alianza Perú y Bolivia, se incorporó al Batallón Atacama, que se formó en Copiapó. Líder natural y valiente, en su primera acción de guerra, como fue el desembarco de Pisagua, logró destacarse como héroe, donde bajo una fuerte descarga de balas, subió hacia la cumbre del cerro Alto Hospicio, clavó la bandera de Chile. Era el 2 de noviembre de 1879 y ostentaba el grado de subteniente. En sucesivas acciones de guerra, donde mostraba su valentía, fue ganando grados y el 26 de mayo de 1880, en lo que fue posiblemente la más dura de las batallas de esa triste guerra, inmoló su vida en el Alto de Alianza. En un viejo libro se lee: «Durante muchos años no hubo corazón de mujer chilena que no palpitara de emoción al leer los sentidos versos del soldado-poeta«.
El día que encontró la muerte, se hizo profético el poema «El Adiós», que le entregó en Caldera, a su amada Clementina, cuando partían al teatro de operaciones en la zona de Tarapacá.
No publicó libros y sus poemas se conocen por el material que quedó en su familia, como también por sus hermosos poemas.