Oscar Silva es un chileno que creó una mascarilla de cobre antibacteriana, una idea que surge por las infecciones intrahospitalarias, pero que hoy cobra una nueva vida tras el estallido social y la eventual irrupción del coronavirus en el país.
Silva contó que creó una máquina que se encarga de trabajar el cobre hasta crear una tela “tan delgadita como un cabello”, idea que patentó junto a su hijo. La crisis lo hizo descubrir que ambos eran los únicos en el mundo en crear una tela de cobre antibacteriana.
La venta de esta mascarilla de cobre resultó muy exitosa, llegando a los 500.000 mensuales. Sin embargo, sus clientes están en el área de la salud y en lugares tan lejanos como Shanghai y Japón. “En Chile es donde menos vendo”, cuando para las manifestaciones del estallido social se siguen usando las clásicas mascarillas de papel. “Las nuestras, en cambio, matan los virus”.
“Soy chileno, ése es el problema mío. Aquí soy poco conocido”, contó Silva, cuyas mascarillas CoureTex tienen un costo cercano a los $1.000 y son lavables. El producto se puede encontrar vía internet en coure.cl y en sus instalaciones, en el cerro Los Placeres, en Valparaíso.
Por último, Silva contó sobre el interés que la mascarilla de cobre ha despertado en mercados internacionales. “He tenido hartas ofertas, pero ninguno tiene tanta plata”.