Dos especialistas explican los principales sentimientos que surgen a raíz del escenario que se vive desde hace tres semanas y como sobrellevarlos en el día a día.
La incertidumbres, las salidas del trabajo anticipadas, cierres de locales comerciales, imágenes en las noticias y, en general, los cambios que se han vivido durante las últimas tres semanas en el país, han afectado no solo a la rutina de las personas, sino que también a la salud mental de muchos.
Maritza Bocic, psiquiatra de Clínica Indisa, cuenta a Emol que la situación afecta a todos, tanto a los que participan como a los espectadores, y que los tipos de reacción que pueda tener cada uno se puede dividir por fases, en la que la actual es la de impacto, donde la emoción predominante es el miedo.
«La mayoría de las personas, por las circunstancias que le están pasando, están angustiadas, no saben cómo se va a resolver ni qué es lo que va a pasar», señala Bocic, agregando que en estas situaciones frente al miedo, las personas con cuadros médicos previos se les activan más sus síntomas.
La psiquiatra cuenta que su consulta se ha mantenido llena durante estos días, y que el sentimiento que más predomina es la angustia. «Se puede reflejar en el miedo y en los síntomas físicos también. Hay personas que se les aprieta la garganta, sienten ganas de llorar, se les aprieta el pecho, tienen taquicardia, dolor de guata, aumento de la digestión, pueden tener mayor frecuencia de ir al baño. En el fondo, se activa nuestro sistema de estrés», indica la doctora.
Por otro lado, la psiquiatra de Clínica Universidad de los Andes, María Inés Arriagada, también cuenta que las consultas psiquiátricas han aumentado mucho durante estas semanas, y que existen pacientes que llegan por situaciones estresantes, y otras que tienen una personalidad de estructura ansiosa. Estas últimas, «tienden a consultar más en este tiempo. Las personas con otras alteraciones psiquiátricas también tienden a descompensarse en situaciones de mantenimiento de estrés, como esta que ha durado ya tres semanas», relata.
La experta asegura que frente a las situaciones adversas se producen alteraciones como el temor a lo desconocido, que se puede ver en el miedo a morir o que algún familiar pueda ser afectado. «El miedo es una respuesta natural, es como enfrentarse a un fenómeno que escapa de los límites establecidos de lo que nosotros conocemos como algo estable», añade.
Recomendaciones
Bocic entrega algunos consejos para sobrellevar estas fases: –
Hablar. Hay que hablar de lo que está pasando y compartirlo entre la familia. –
Mantener ciertas rutinas, sobre todo con niños. Por ejemplo si a una familia le gustaba ir al cine y estos están cerrados, ver una película todos juntos en la casa. –
Fortalecer las relaciones. No solamente en la familia cerrada, sino que la relación con los vecinos, con las distintas agrupaciones comunales, con los amigos del club deportivo, mantener eso grupos de apoyo.
Relajación y no evadir el dolor
Por otro lado, la doctora Arriagada cree que ante la sensación de inseguridad, es importante protegerse: –
Buscar compañía, redes de apoyo, hablar, escuchar, compartir sentimientos, reflexionar con otras personas. –
Permitirse sentirse mal, no sentirse culpable de lo que estás sintiendo. También hay que darles espacio a esas personas que simplemente no quieren opinar o tener una postura. –
En caso de presentar pesadillas, situaciones traumáticas que se mantenga en el tiempo más allá de un mes, alteraciones del sueño severas, estados de angustia, mucha sensación de angustia como falta de aire, consultar a un especialista o médico general. –
Descansar lo suficiente, comer bien y regularmente, mantener horarios. –
No evadir el dolor al sufrimiento a través del consumo de alcohol o comer más. –
Técnicas de relajación a partir de imágenes visuales, repetir palabras o recomendaciones como que uno ya está tranquilo, la situación va a mejorar, tengo a mi familia bien, me siento más seguro. –
Contraer los músculos desde los pies a la cabeza o de la cabeza a los pies, pero por partes. Primero lentamente el pie tensionar y relajar, después las piernas, los muslos, el abdomen hasta la zona cervical o al contrario.