El parlamentario se refirió a la futura entrada en vigencia de este proyecto. Advirtió que si bien es necesario enfrentar la escasez hídrica que afecta a la región y el país, no puede ser que los consumidores se lleven el peso de pagar el aumento de las cuentas.
La región de Atacama es una de las zonas más afectadas del país por la escasez hídrica que se vive y en particular por las actividades de la minería y la agroindustria. Es por eso que la instalación de una planta desalinizadora que extrae agua de mar y se procesa para el consumo humano parece una buena solución para Caldera, Chañaral, Copiapó y Tierra Amarilla.
Este tipo de tecnología, que utiliza y procesa el agua de mar, tiene sus pros y sus contras. Por un lado, nos permitiría mitigar el efecto de la escasez hídrica, sin embargo, podría generar daño medioambiental por la salmuera que se produce y, según la Superintendencia, provocaría un aumento de las cuentas del agua.
Es ahí donde el diputado por Atacama, Juan Santana, dice que hay que poner ojo por el costo que esto pueda significar para la población. “La Superintendencia de Servicios Sanitarios nos informó que las cuentas del agua subirían en un 30%, aumento que deberían pagar los usuarios. Eso es impresentable, los costos los debería asumir la misma empresa. Sería inaceptable que las familias asuman un aumento en sus cuentas”.
Además, el parlamentario agregó que “esperamos que en la tramitación de las reformas al código de aguas se consagre el derecho humano al agua y el saneamiento. Nos oponemos a que el agua sea considerada un bien de consumo común y corriente, y se sobre explote sin ningún recaudo. Necesitamos una regulación estatal más fuerte y menos dispersa, donde los vecinos y vecinas no sean los que deban verse expuestos a pagar el alza del precio”.