En Chile cada vez son más los niños y jóvenes que celebran “Halloween”, se disfrazan y salen a las calles a pedir dulces y realizar travesuras. Un verdadero disfrute para los más pequeños, pero también para los grandes, quienes muchas veces no miden las consecuencias de sus travesuras, mientras otros se extravían o sufren algún accidente inesperado.
Muchas son las tiendas comerciales y supermercados que ya comenzaron a exhibir en sus vitrinas estas vestimentas y disfraces que son bastante apetecidas por quienes gustan de esta, cada vez más masiva celebración.
Dentro de este contexto, el comisario de la Segunda Comisaría de Carabineros Copiapó, mayor Ricardo Chau González entregó una serie de sugerencias y también señaló que se están llevando a efecto fiscalizaciones con el objeto de prevenir la venta de productos tóxicos e inflamables que puedan generar algún daño a los niños y niñas que los utilicen.
Durante la fiesta
Para este día de Halloween en que los niños y niñas saldrán a recorrer las calles, el oficial de Carabineros llamó a los padres que en el caso de los más pequeños salgan siempre acompañados o supervigilados por un adulto. Del mismo modo, aconsejó transmitir a los menores a no cruzar las calles corriendo o a mitad de cuadra, no formar grupos que hostilicen a otros, evitar enfrentamientos o llevar a cabo actos vandálicos o de violencia, no ocasionar daños o rayados en la propiedad privada o pública.
Asimismo, recomendó antes de salir de la casa, planificar la ruta de recolección de caramelos, sólo visitar aquellas viviendas y vecindarios bien iluminados, mantenerse lejos de las velas porque los disfraces, las pinturas para la cara, y las pelucas, podrían ser altamente inflamables.
Siempre caminar por las veredas, y mirar a ambos lados de la calle cuando vayan a cruzar, tener precaución con los extraños y asegurarse de inspeccionar todos los caramelos que reciban desechando aquellos que se encuentren sin envoltorio o con este abierto.
También recomendó a los padres instruir a sus hijos de no ingresar a las casas a buscar dulces y sólo recibirlos en la puerta de éstas y por ningún motivo subir a vehículos de desconocidos.