Pollo atomatado y ají de gallina, son sólo algunas de las preparaciones típicas que Junaeb sumará a sus menús escolares antes de fin de año, según lo anunció Néstor Salinas, jefe del departamento de Alimentación Escolar de esa institución, en coloquio organizado por la U. San Sebastián (USS).
“Empezamos a desarrollar recetas con una pertinencia migrante y llevamos a niños haitianos de distintas edades a nuestro laboratorio de alimentos, y, con el apoyo de chefs, probamos ingredientes y definimos una receta que va a empezar a entregarse en forma piloto en diciembre de este año”, adelantó Salinas.
Pero no es una, sino que cinco las preparaciones de origen haitiano, peruano, venezolano, colombiano y ecuatoriano que se proveerán a través de los menús escolares en algunos establecimientos de Santiago, y “según la aceptabilidad que tengan, las ampliaremos a todo el país en marzo de 2019”, agregó el experto.
A diario Junaeb entrega sobre 4 millones 500 mil raciones de alimentos y entre un 5% a un 30% de éstos no estaban siendo aceptadas por los escolares.
Para la pediatra de origen venezolano y funcionaria del hospital de Talca, Jenny Escobar, el rechazo se explica porque las comidas para los migrantes no son sólo alimento, sino que “nos arraigan y van más allá del aporte nutricional”.
Para la experta, esta propuesta responde a la inclusión multicultural que tiene que darse en Chile y que debe considerar las condiciones nutricionales de los niños migrantes “porque hemos registrado déficit de hierro, vitamina D y ácido fólico, entonces es labor de los profesionales de la salud, lograr ampliar el grupo de alimentos y preparaciones en la población”, comentó.
Tránsito a la interculturalidad que en palabras de la directora (I) de la carrera de Educación Parvularia de la USS, María Angélica Torres es “cómo a partir de las diferentes culturas, nos apropiamos de las riquezas de cada uno y construimos un espacio en común”.
Uno que en este caso Junaeb impulsa con la colaboración de importantes chef, como el venezolano Sumito Estévez y el chileno Juan Pablo Mellado.
¿Interculturalidad alimentaria?
Sin embargo, los “menú internacionales” de Junaeb aún no son contemplados para las salas cunas, en donde la problemática del nivel escolar se replica. “Vimos que los niños migrantes rechazaban en parte las raciones entregadas por el Estado y están optando por comer cosas altas en calorías tras las jornadas en sus jardines, lo que ha repercutido en un visible aumento de sobrepeso y obesidad”, comentó la directora de la carrera de Nutrición USS, Priscila Candia.
Precisamente para avanzar en resolver esta problemática es que las carreras de Educación Parvularia, Nutrición y Dietética y Trabajo Social de la U. San Sebastián, están relacionándose con jardines infantiles de la comuna de Pedro Aguirre Cerda a través de un proyecto de Vinculación con el Medio (VCM).
En términos de soluciones se está avanzando a un modelo distinto porque “no tienen la cultura de una estructura de comidas como la chilena con desayuno, almuerzo y once”, explicó Andrea Botello, coordinadora de Educación Inicial de esta comuna.
Tras la actividad docentes y alumnos entablaron mesas redondas con familias migrantes puesto que “el incidir en la política pública se logra con la generación de estas redes colaborativas, con las educadoras de párvulos, asuntos migrantes del municipio y con la interdisciplinaridad desde la U. San Sebastián”, acotó Cristián Arriagada, Coordinador de Prácticas de la Escuela de Trabajo Social de USS.